El láser en oftalmología tiene un origen anecdótico y accidental, del mismo modo que muchos otros descubrimientos de la ciencia a lo largo de la historia. En este caso, las consecuencias fueron muy beneficiosas para millones de personas con problemas de vista.
Hace casi 30 años, un estudiante chino estaba trabajando en un laboratorio con el láser de una máquina experimental para generar pulsos ultracortos de alta intensidad. De repente, la luz que generaba llegó directamente a su ojo por accidente. El responsable de ese proyecto, el científico francés Gérard Mourou, lo llevó al hospital, donde le examinaron la herida que había afectado a su retina.
El médico que evaluó la lesión ocular quedó asombrado y les informó de que la herida era “perfecta”. Hoy en día, esa técnica de cirugía ocular con láser es habitual en oftalmología con el objetivo de moldear la córnea y tratar problemas de visión como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo.
La técnica actual es fruto de la colaboración entre Mourou y una de sus estudiantes, la canadiense Donna Strickland. Recibe el nombre de CPA y se basa en un pulso de láser ultracorto que se alarga en el tiempo, se amplifica y se vuelve a comprimir. Este proceso da como resultado una mayor intensidad y la posibilidad de realizar cortes de una gran precisión.
Gracias a estos resultados, Mourou y Strickland recibieron el Premio Nobel de Física en 2018. El Jurado destacó durante el reconocimiento «sus rompedoras invenciones».
Más allá de la cirugía ocular con láser
Esta tecnología, no obstante, ha llegado mucho más allá en los últimos años. Mourou no ha dejado de investigar en el campo de la cirugía ocular con láser desde que fundó el Centro para la Ciencia Óptica Ultrarrápida en la Universidad de Michigan (EE.UU.). Fue en ese centro donde creó el láser más intenso del mundo, llamado Hércules.
Gracias a estos avances, algunos hospitales están aplicando la terapia de protones en el tratamiento de tumores. Este tipo de radiación se usa, en especial, cuando estos se ubican en el ojo, el cerebro o el pulmón.
El científico ha destacado en numerosas ocasiones la potente intensidad de sus láseres. Según Mourou, esta capacidad permitirá en un futuro una tecnología muy efectiva en aplicaciones médicas. Además, también ha comentado que podría ayudar a eliminar los residuos nucleares y, por lo tanto, a reducir el riesgo de radioactividad.
La técnica de láser en oftalmología se ha usado ya de manera exitosa, según Mourou, «en 20 millones de ojos». Además de suponer un gran avance en el ámbito de la salud ocular, la efectividad de este sistema revolucionario está abriéndose a nuevos campos de la medicina y la ciencia en general.